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sifarnodo

Del calor y del frío

Era una de esas tardes de verano. De esas en las que soplo tu sudor para refrescarte. De esas en las que las gotitas que recorren mi pecho desnudo, cansadas, caen inertes sobre tu espalda limpia y recorren ardientes tu costado.

Era una de esas mañanas de invierno. De esas en las que atrapas mi corazón para calentarte. De esas en las que el calor que rebosa tu lecho, desnudo, acaricia templado mi alma fría y penetra ardiente en mi costado.

2 comentarios

Ese -

Hay tardes de verano y mañanas de invierno, que me llenan de sentidos y, mucho después, una noche, acarician las palabras.

Ella -

Hay palabras como estas que un día me parecen bellas, que me acarician y que se quedan en mi memoria y mucho después, de pronto una mañana, se llenan de sentido.