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sifarnodo

La estrella

La sala es amplia. El viejo, acomodado en una de las desarboladas butacas, mira con gesto triste la pantalla, observado de reojo por una botella de bourbon en la que apenas quedan un par de sorbos. El traqueteo del otrora grandioso proyector, escupe sobre la sucia tela tiempos pasados. Las imágenes se suceden infames. Un tipo apuesto y elegantemente ataviado, encamina sonriente sus pasos hacia la entrada del cine, seguido por una ajetreada muchedumbre de hombres. Unos, lápiz en mano, anotan apresurados en sus pequeñas libretas. Otros portan voluminosas máquinas que provocan constantes y blanquecinos destellos.

Luces blancas y luces negras alternan el color de sus ojos mientras, alargando la mano, tantea lentamente en la butaca contigua, hasta encontrar, junto a la humillada botella, su vieja Smith & Wesson del 22.

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