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sifarnodo

El bocadillo

Hoy, como otras veces, el latigazo del auricular estalla en los oídos. De nuevo la imbécil de la telefonista tropieza con sus delicadas manazas, mientras conecta otra de las clavijas en el panel, con el cable que decide nuestro destino. Acabo de cenar. El hotel está lleno. Todo el mundo llama a estas horas. Turistas que quieren hablar con sus familias, parejas en luna de miel pidiendo botellas de vino… representantes solicitando putas. En el pequeño habitáculo, la joven mastica un triste bocadillo de anchoas ahumadas mientras masculla aceitosos "aló" cada vez que el timbre de la centralita racanea el veraniego silencio. Las interferencias abruman tus palabras. Quiero contarte tantas cosas…

Cada muesca de su cara, cada bocado que mastica, cada vez que pincha una nueva llamada es un desencuentro. Cada vez que me escuchas, suenan mis palabras como las jodidas gotas de aceite que inundan de lamparones el short de la telefonista.

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