Blogia
sifarnodo

La lámpara obsolescentemente programada

El día en que el susurro

se tornó en un grito hiriente,

en que el reloj marcó la pauta

de caricias complacientes,

de los ratitos tranquilos,

y del sueño más caliente;

el día que se acostumbró

a tener las lindas flores

en un centro de menores,

regadas de sinsabores;

el día que fue rutina

poder tenerlo siempre,

y la lámpara agotó

los deseos más ardientes,

la regaló al quincallero

apagando entre sus dedos,

lentamente y con esmero,

la llama de aquel genio incompetente.

0 comentarios